
Procedimiento en la unidad penal n°1. Desde hace un tiempo la Justicia federal y la Gendarmería de Goya venían vigilando los movimientos de la mujer, involucrada en otros casos de narcomenudeo. Tras interceptar sus llamadas telefónicas descubrieron la maniobra. Llevaba 50 "bochitas" ocultas.
Una mujer oriunda de la localidad de San Roque y con antecedentes por narcomenudeo fue detenida el domingo por autoridades del Servicio Penitenciario Provincial y fuerzas Federales, que la venían investigando por tráfico de estupefaciente. Esta vez intentó ingresar cerca de 50 envoltorios de cocaína a la Unidad Carcelaria N°1, oculta en una bolsita de nylon dentro de sus genitales. Debía entregarla a su marido condenado, quien luego se encargaba de comercializarla puertas adentro.La investigación, que lleva meses en manos de la Gendarmería, se centró en la mujer y sus antecedentes, ya que tanto ella como su marido se dedicaban a la venta de estupefaciente en San Roque, pero al caer detenido él por otro delito grave, fue ella quien se hizo cargo del "negocio" localmente, pero nunca salió del ojo de los investigadores. Pero las sospechas sobre la mujer siguieron aportando pruebas, ya que los investigadores detectaron que además viajaba seguido a visitar a su esposo detenido y le llevaba droga para vender puertas adentro de la Unidad Penal N°1 en San Cayetano.
Al estar a cargo de hijos menores, la mujer no quedó detenida anteriormente, pero ahora su situación se agravó considerablemente. El domingo, cuando viajó a Corrientes, su suerte estuvo echada. Hacía algunos días atrás, los investigadores de la Gendarmería ya habían interceptado sus llamadas telefónicas, entre ella y su marido preso, y sabían que iba a volver a mover droga, desde San Roque hacia Corrientes.
Durante un tiempo y con autorización del Juzgado federal de Goya, los pesquisas con jurisdicción en aquella ciudad investigaron a la sospechosa, se intervino su teléfono y las llamadas que recibía desde la Unidad Carcelaria por parte de su esposo y también hubo seguimiento. Es así que lograron obtener información precisa de una nueva entrega de estupefaciente, que se realizaría el domingo en el horario de la denominada "visitas íntima". Para agilizar los trámites, desde el Juzgado Federal de Goya, a cargo de la jueza Cristina Elizabeth Pozzer Penzo, se pidió un exhorto al juzgado de Capital para que la mujer sea requisada completamente y apartada de todo el grupo, teniendo en cuenta las pruebas que existían en su contra.
Cuando llegó a las instalaciones penitenciarias, los gendarmes y un equipo especial ya la estaban esperando, sin levantar sospechas la apartaron del grupo de familiares y durante la revisión detectaron que llevaba oculta dentro de su vagina, cerca de 50 envoltorios de cocaína y marihuana, que iba a entregar a su esposo, para que él los venda muros adentro entre la población carcelaria.
Según pudieron establecer los investigadores, la mujer desde hacía un tiempo venía haciendo entrega de pequeñas cantidades de droga, ya que nunca había dejado aquel negocio que anteriormente lo tenía junto a su esposo. Ahora, fue detenida y se le inició una causa federal por narcomenudeo. En tanto su marido, quien ya cumple una pena por otro delito grave, afrontará también una acusación penal por un delito federal.