
El mandatario estadounidense volvió del Reino Unido y firmó una orden para que se apliquen los aranceles a productos de cobre semiacabados, pero no al bruto.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, cerró un poco más la economía de ese país al firmar este miércoles la orden para la aplicación de aranceles del 50% a los productos semiacabados de cobre así como también a los derivados intensivos de ese metal.
Los nuevos aranceles a la importación entrarán en vigencia este viernes, 1o de agosto, pero quedarán exluidos los insumos industriales, como los minerales de cobre, concentrados, matas, cátodos y ánodos, así como también la chatarra.
Según informó el sitio Ámbito Financiero, Donald Trump basó su decisión en el resultado de una investigación que ordenó en febrero de este año bajo la Sección 232, o Ley de Expansión Comercial, que fue promulgada en 1962 para intervenir en las importaciones de un producto si se considera que puede comprometer la seguridad nacional.
Aunque no trascendió el informe del Departamento de Comercio de los Estados Unidos al respecto, Donald Trump resolvió -quizás esta semana, mientras jugaba un partido de golf en Escocia- aplicar aranceles a la importación de cobre y obligar al mercado interno a comprar al menos un 25% de la chatarra de alta calidad producida en el país.
Sólo en 2024 Eestados Unidos importó toneladas de cobre por un valor de U$S 17.000 millones, según cifras del Departamento de Comercio.
El mayor proveedor internacional de cobre a Estados Unidos fue Chile, que le envió U$S 6.000 de ese total.
La aplicación de aranceles del 50% a las importaciones de cobre no resultó una sorpresa total para el mercado estadounidense.
De hecho, días atrás la cotización de ese metal bajó un 18% antes de recortar pérdidas y llegar a los U$S 5.1310 por cada libra a la espera de aranceles sobre el cobre en bruto, que es el material necesario para cables de telefonía y piezas de la industria automotor y de la construcción.