

A una semana de las inundaciones. Se trata de más de una decena de familias que son asistidas en espacios municipales o en casas de particulares. La Provincia se mantiene en alerta ante posibles lluvias en los próximos días.
A casi una semana del fuerte temporal que azotó a la provincia de Corrientes, un total de 58 personas permanecen aún evacuadas en tres localidades, con San Luis del Palmar como el punto más comprometido debido a la persistente crecida del Riachuelo. Las intensas lluvias, que superaron en algunas zonas los 200 milímetros, obligaron a familias de Ituzaingó, la isla Apipé y San Luis del Palmar a dejar sus hogares y, hasta la fecha, aguardan la baja de las aguas para poder retornar.
La información fue confirmada a República de Corrientes por el subdirector de Defensa Civil de la Provincia y coordinador del Comando Operativo de Emergencia (COE), Bruno Lovinson, quien detalló la situación crítica, especialmente en San Luis del Palmar, donde las 26 personas evacuadas (correspondientes a 5 familias) se encuentran alojadas en el albergue municipal mientras el caudal del Riachuelo no da tregua.
San Luis
La localidad de San Luis del Palmar es la que concentra la mayor preocupación. Aunque la lluvia cesó, el desborde del Riachuelo mantiene con agua a sectores bajos y a varias zonas rurales, prolongando la estadía de las cinco familias en el refugio municipal. Lovinson señaló que la normalización en este distrito podría demorar por lo menos una semana, debido a la lentitud con la que está escurriendo el caudal. En este municipio, las precipitaciones también generaron complicaciones por el desborde del río, obligando a las autoridades a montar un operativo de asistencia constante.
La crecida del Riachuelo es un factor determinante, ya que su caudal se ve incrementado por las aguas que descienden desde otras zonas como Berón de Astrada, manteniendo la altura del hidrómetro en niveles de alerta y afectando no solo a las viviendas inundadas sino también a pobladores que quedaron aislados en las secciones rurales, como la cuarta y la quinta.
Ituzaingó y Apipé
Las otras dos localidades que aún registran damnificados son Ituzaingó y la isla Apipé, aunque con un número menor de afectados que también esperan poder regresar a sus casas.
Apipé es la que sigue a San Luis del Palmar en cuanto a personas afectadas, con 22 evacuados (seis familias), que se encuentran resguardadas en casas particulares.
La isla, de por sí, presenta una vulnerabilidad hídrica importante y fue uno de los puntos más golpeados por los milimetrajes récord de la semana pasada, que superaron los 200 mm en la zona.
En Ituzaingó, la cifra de damnificados bajo asistencia es de 10 personas. Ellas están distribuidas entre el merendero municipal y casas particulares. En esta ciudad, si bien las lluvias fueron intensas (con acumulados que llegaron a los 213 mm), el trabajo de los equipos municipales y de Defensa Civil ha logrado que la mayoría de los autoevacuados o asistidos inicialmente puedan retornar a sus hogares, quedando solo diez personas fuera de su vivienda habitual.
Lovinson destacó que en estas localidades (Ituzaingó y la isla Apipé), donde el agua está escurriendo con mayor celeridad, se estima que las familias afectadas podrían estar regresando a sus hogares esta misma semana si el buen tiempo se mantiene, aunque muchas viviendas requerirán tareas de limpieza y desinfección por la humedad y el barro.
Asistencia
Desde el COE se mantiene un monitoreo permanente de la situación en las localidades que reportaron evacuados. La asistencia a los damnificados es la prioridad y se coordina con cada municipio la provisión de alimentos, agua, colchones, frazadas y elementos de limpieza e higiene.
Desde el Gobierno provincial enfatizaron el trabajo articulado con los municipios para dar respuesta a la emergencia, aunque el enfoque principal está puesto ahora en San Luis del Palmar y la evolución del Riachuelo.
La preocupación sigue latente, ya que la temporada de lluvias aún no termina y la saturación de los suelos en todo el norte provincial es alta, dejando a la población vulnerable ante nuevas precipitaciones.